¿ES FÁCIL DIAGNOSTICAR LA ALERGIA A FÁRMACOS HOY EN DÍA?

DRA. ISABEL GARCÍA RUBIO

Al·lergo Centre y Unidad de Alergia CM Teknon

reacciones adversas

reacciones adversas

Las reacciones adversas a fármacos (RAM), efectos perjudiciales o indeseables producidos por un fármaco, constituyen un problema importante en la práctica médica diaria. Se clasifican en reacciones de tipo A: sobredosis o toxicidad (depresión respiratoria por sedantes), efectos colaterales (taquicardia tras la administración de adrenalina), efectos secundarios o indirectos (osteoporosis por corticoides) e interacción farmacológica y reacciones de tipo B (no dependen de la dosis del fármaco, la mayoría son impredecibles y afectan solamente a determinados individuos). Dentro de este grupo se encuentran las reacciones de hipersensibilidad que están mediadas por mecanismos inmunológicos u otros tipos. Afectan al 7-10% de la población general, por lo que constituyen un importante problema de salud. Según el estudio Alergológica una posible hipersensibilidad a fármacos supone el tercer motivo de consulta en alergología. Los fármacos más frecuentemente implicados son los antibióticos betalactámicos (penicilinas) y los AINES (ibuprofeno, diclofenaco, metamizol…)

Los pacientes a menudo refieren la mayoría de las RAM como alérgicas pero sólo lo son en un 10% de los casos. Muchas veces se etiqueta a los pacientes como “alérgicos” a los medicamentos, sobre todo a los antibióticos y al final llevan esta etiqueta durante toda la vida. La evitación innecesaria de fármacos, en ausencia de una verdadera reacción de hipersensibilidad, induce el empleo de fármacos que pueden ser más perjudiciales, menos eficaces y más caros, lo que incrementa la morbilidad, mortalidad y el coste económico.

El diagnóstico de las reacciones alérgicas a medicamentos se basa en la realización de una historia clínica detallada, pruebas in vitro e in vivo. Las pruebas in vitro carecen de riesgo para el paciente pero sin embargo no son muy sensibles (no detectan a todos los pacientes alérgicos) y no están disponibles para todos los fármacos. Las pruebas in vivo comprenden las pruebas cutáneas (prick test e intradérmicas), pruebas epicutáneas y pruebas de exposición o provocación controlada al medicamento. Esta última consiste en la administración controlada de un fármaco con dosis crecientes para diagnosticar o descartar la alergia a ese fármaco. En muchos casos es necesaria para poder confirmar el diagnóstico o testar un fármaco alternativo.